27 de enero de 2012

Sin dudar caminamos...

Después de varias conversaciones con el abuelo,
este había pedido que fuese a vivir con el por un tiempo indefinido.
Mencionó que a contrario del pasado,
donde los ermitaños se alejaban de la muchedumbre para adquirir iluminación,
hoy en día se llegaba mas rápido a la consciencia suprema
por el nivel de ayuda que prestásemos a la humanidad.

Por unos instantes contemple que tenia que renunciar a toda mi vida,
trabajo, comodidades, amigos y familiares, internet, etc.
pero no dude en dejarlo.

El abuelo vivía en las montañas; en los linderos de la ciudad,
carente de servicios y lujos, 
vivía en la abundancia material y espiritual…pues nada le faltaba,
mi ansiedad por planear mi futuro cuando todo esto terminase,
hizo que le preguntara cuanto tiempo viviría con el.
A lo cual el contesto: 
"cuando tus ojos recobren el brillo y este se empalme con la primera luna llena de hojas crecientes, 
caminaras de regreso a casa, parecerá como si fuese tu primera vida, 
como si por primera vez pisases esta tierra después de tantos cientos,
te sentias sostenido de la mano como si empezases de nuevo a caminar, ¡te abras entregado a la vida!"

mi impaciencia lo interrumpió ¡y pregunte! ¿como es eso?
su respuesta hizo parecer que era precisamente lo que explicaría después.

El abuelo continuo.  Es entregarse al amor,
reconocer a dios dentro de uno, 
es rezar y pedir hacia dentro,
cuando se te enseño a pedir a los cielos,
es ser una gota en el oceano y sentir su fuerza,;
ser parte del todo es uno, 
vivir en amor, es no dudar,
porque en la divinidad todo se es ilimitado, no existe la muerte, todo se es pureza,
es entender que la dualidad no existe,
y aunque la mente mortal vea cosas desagradables,
el fin de la dualidad es precisamente esta,
el contemplar solo el bien, es la unificación de ambos hemisferios del cerebro.
es ir de la mano del padre-madre, 
de la vida, de dios, de la suprema consciencia, omnipotente, omnipresente, omnisciente.
seguiras los pasos de tu maestro; ese que llevas dentro, sin dudar caminaras,
y aunque como niño incrédulo andes, te entregaras de corazón a una fe que desconoces, 
pero que en el alma sientes.

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